El termómetro pasa los 30 grados y la playa empieza a llenarse. Febo más que asoma, te calcina. Lo enfrentamos como podemos. La piel se enrojece ahí donde cubría la ropa más abrigada marcándole la franja a los brazos. El incipiente bronceado nos gratifica en el espejo pero a costa de resignar frescura y vitalidad donde deja el color. Y sobre todo, exige hidratar.
Ya estamos tomado el tono esperado y es el momento de la exfoliación. Hay que barrer las células muertas e impurezas, subirle un cambio a la limpieza. En seguida aplicar cremas hidratantes y refrescantes. La exfoliación profunda afina la piel engrosada por el sol y permite penetrar al punto de equilibrio en la pigmentación.
De todo esto, tratamientos y provisión de cremas específicas, me ocupo personalmente.
Pero para el cuidado diario con protecciones solares o pantalla total, de tomar agua sin enfriar en abundancia, de caminar descalzas en casa, de alternar caminatas de 45 minutos con cualquier tipo de actividad de gimnasio que se haga, de darse baños especiales para relajar el cuerpo y de hacer los deberes cotidianos de limpieza corporal y facial, se pueden arreglar lo más de bien solitas. Leer más
viernes, 2 de diciembre de 2011
Adoramos a Febo, pero ¡ojo! respetémoslo
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exfoliación
lunes, 14 de noviembre de 2011
Antiedad hecha a tu medida
Las cremas y geles exfoliantes que publicitan en la tele y afiches los laboratorios multinacionales son todos buenos. Todos tienen las acciones antiedad que ofrecen y cualquiera de nosotras que luzca en la mesada del baño el frasco con la etiqueta que se identifica con las modelos estará convencida de que así se logra atrasar el reloj biológico. Todas nos sentimos orgullosas de usar Victoria Secret... pero la fragancia no huele igual en todas las pieles por la sencilla razón de que la mezcla es característica.
Las mujeres que vienen al gabinete a hacerse una exfoliación cada tanto reciben el trato personalizado en la camilla, pero suelen no irse con los oídos y las manos vacías: con los primeros calores les recomiendo el chorro de agua fría después de la ducha caliente, con qué jabón y cómo frotarse, les proveo la gel y cremas adaptadas a las características de cada piel para esparcir con fruición debajo de los pechos, en la cola y las rodillas principalmente. Se van como si me llevaran a su casa para que el tratamiento no pierda continuidad. Digamos: una antiedad a la medida de cada una, pero "amimanera". Leer más
Las mujeres que vienen al gabinete a hacerse una exfoliación cada tanto reciben el trato personalizado en la camilla, pero suelen no irse con los oídos y las manos vacías: con los primeros calores les recomiendo el chorro de agua fría después de la ducha caliente, con qué jabón y cómo frotarse, les proveo la gel y cremas adaptadas a las características de cada piel para esparcir con fruición debajo de los pechos, en la cola y las rodillas principalmente. Se van como si me llevaran a su casa para que el tratamiento no pierda continuidad. Digamos: una antiedad a la medida de cada una, pero "amimanera". Leer más
lunes, 7 de noviembre de 2011
El cuarzo, o la piedra blanca de la familia
Una muchacha de unos treinta años se desplomó días pasados en la camilla y hubiese jurado que traía los rayos y centellas del cosmos enloquecido. Estaba demasiado tensa y cargada para aplicarle las piedras con las que suelo hacer los masajes.
Brilló a mi vista en ese momento un pedazo de cuarzo blanco de la precordillera puntana que había puesto en el estante para absorber y transformar en el ambiente la corriente que penetra y sale de los sistemas biológicos que cada tratamiento pone en juego en la camilla.
Decidí que era el momento de que esa piedra, que por su capacidad de transmisión energética sensible se utiliza en electrónica, satélites y naves espaciales, debutara en un cuerpo humano. No descubrí la pólvora, porque los egipcios, fenicios, celtas y chamanes ya sabían de qué se trataba.
Apoyé el trozo de cuarzo donde me indicaba que le dolía y fui dibujándole la ruta casi como dejándolo correr solo por una invisible vía magnética. Las energías empezaron a oscilar y se iban balanceando a medida que se disolvían los nudos en los que se habían condensado y el cuarzo detectaba a su paso. El estrés, los miedos, las angustias, afectan o estimulan las glándulas que controlan los procesos electroquímicos de las células y provocan los pensamientos desequilibrantes que desquician nuestras energías.
Ahí es donde actúa, con la contundencia que ningún otro mineral, el cuarzo para reenergizar esos sistemas biológicos alterados.
Terminada esa “limpieza”, el cuerpo quedó sedado para recibir la inyección de vitalidad de las piedras calientes.
No es mágico ni sanador, ni creo tampoco en ascendencias astrales. Pero posee fuerza vibratoria que ayuda a un cambio siempre que sea acompañada por la voluntad de quien la recibe y la energía positiva de quien la aplica. Leer más
martes, 18 de octubre de 2011
Frotar las piedras calientes llama a la genia que llevamos adentro
Ha sido para mí maravilloso iniciar a muchas mujeres en el masaje con piedras calientes. Al principio temían que les doliera, que las quemara. Y al finalizar las sesiones, todo lo contrario: ronquidos y rictus de placer.
Hice de las piedras extensiones de mis manos, y la suave presión que voy trazando sobre la ruta de los siete puntos bioenergéticos y la estela de calor seco que irradian en el canal central del cuerpo expulsan cansancio y stress. Las propiedades cósmicas de las piedras llevan y traen energías: te absorben la humedad y las malas ondas, a la vez que recargan de magnetismo y oxígeno.
Trabajo con variedades de arroyos cordobeses, del Sur y de la costa, que descargo con la Luna y recargo al alba.
Juntas, piedras, tú y yo, buscamos sacar lo mejor de cada una. (Leer más)
Trabajo con variedades de arroyos cordobeses, del Sur y de la costa, que descargo con la Luna y recargo al alba.
Juntas, piedras, tú y yo, buscamos sacar lo mejor de cada una. (Leer más)
lunes, 17 de octubre de 2011
Ahora, rejuvenecer a la suegra
Pasó el Día de la Madre y ya se viene el Día de la Suegra, una especie de segunda madre... Estuve atendiendo a varias que les regalaron un masaje con piedras calientes. Había una preocupada porque el cuerpo le representa 10 años menos, pero las arrugas de la cara no. Le ofrecí un tratamiento facial con máscara para hacerle de esas dos edades, una. Esta vez se encomendó a la nuera... (leer más)
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