Un chorro de agua fría al terminar la ducha y exfoliantes especiales, la fórmula antiedad

Ahora que comienzan a subir las temperaturas, tenemos que empezar a sacarnos los chuchos de frío que traemos del invierno y un rato antes de acabar con la ducha bien caliente y haberte enjuagado bien el jabón a tu medida, lo mejor será cerrar la llave del punto colorado y dejar la fría. ¿Cuánto? Que corra 5 minutos en el pecho, los glúteos y los muslos, es suficiente para mantener la piel firme. 
Para las que cumplieron los 40 lo mejor sería exfoliarla una vez por semana. Y no es porque las cosmiatras querramos hacernos propaganda, sino porque el proceso de renovación celular se ralentiza con la edad. 
Así es como las células muertas se acumulan en la superfície y con sólo pasar la mano notaremos que la piel se pone más áspera, arrugada y apagada. 
Si te llevas sobre la piel húmeda uno de los exfoliantes que recomiendo en mi gabinete y los vas extendiendo con movimientos circulares conseguirás iluminación, firmeza y alisamiento de la superficie.
Me gustaría detenerme un parrafito en este punto: los más respetuosos con la piel madura son los que además de garantizar una higiene perfecta y refuerzan su manto natural de hidratación: 
  • Para la piel seca, se aconseja gel enriquecido con aceite de oliva, de almendras, de palta, etc. 
  • Para la piel que se irrita o descama con facilidad, hay que cuidar que no altere el Ph de la piel.

La propiedad genérica de los cosméticos antiedad es nutrir la piel en profundidad. 
Hay miles de publicidades que vemos en la televisión o en los carteles de la calle. Son fórmulas de laboratorios multinacionales que no reparan en rubias, morenas, pelirrojas, en climas tórridos, fríos y en cada una de las reacciones que una profesional comprueba de cada mujer que atiende: hasta de su personalidad y perfil psicológico.
Suelo recomendarles a mis clientas un producto acorde con sus características para que lleve a su casa y siga los tratamientos. 
¿Todas tienen la misma constancia? ¿Todas se cuidan de la misma manera?
Hace por lo menos dos años que viene a mi gabinete una mujer muy preocupada por atenuar el paso del tiempo. Destina una buena porción de su presupuesto a su estética facial, sobre todo. La corporal... Es una lucha permanente intentar convencerla de que no basta con cremas especiales o conectarle aparatos, sino que ingerir grasas, opíparas cenas rociadas de buen vino y placeres de buen gourmet deben ser excepciones, no la regla.
Trato de compensar tales excesos "amimanera" entregando apoyo domiciliario de cremas corporales con texturas untuosas y de acción prolongada para limitar al máximo la pérdida de agua de la piel y asegurar un confort de larga duración. Fundamentalmente porque la piel madura es más propensa a la deshidratación y a la pérdida de firmeza.
No hace falta haber cruzado el umbral de los 40 para comprobar que, además del paso de los años, hay un acelerante prematuro en los embarazos y partos, que generalmente se inician después de los ¿20? 
La tendencia de las células epidérmicas es a perder parte de su capacidad para retener el agua, así como para segregar las sustancias grasas que la mantienen suave al tacto y la protegen de agresiones exteriores. 
Claro que cualquier hidratante formulado con vitamina E, resveratrol (vinoterapia), proteínas de la soja o la manteca de karité (que viene de las semillas de un exótico árbol africano) tiene lo que se llama activo antiedad. 
Pero como la ropa a medida, una buena profesional sabe qué le sienta mejor a cada una. Y, como no soy la excepción, suministro los frascos de loción adecuados a cada piel para que intimen con ellos al salir de la ducha: luego queda empaparse todo el cuerpo, en especial la parte que sostiene los pechos, la cola y las rodillas, que son las partes más conectadas con nuestro DNI.