jueves, 1 de noviembre de 2012

Masajes achinados aplican cremas naturalizadas

De cada 10 mujeres que atiendo desde esta primavera tan rara y lluviosa, 7 traen la misma inquietud: la celulitis.
Hace poco abordé este tema, pero dado el interés que asume en esta época volveré sobre él para escribir lo que digo hasta el cansancio a cada una de las que se acuesta en la camilla: que hay varios frentes simultáneos para atacar esa rebelde piel naranja.
* Desde las sesiones de masaje profundo en el gabinete,
* Desde el laboratorio que provee el set de cremas para untarse una misma en el toilette,
* Desde el gimnasio o el natatorio donde hacemos ejercicio físico de resistencia,
* Desde la cocina donde preparamos comidas libres de grasas.
Ya está trillado escarbar en los orígenes de la celulitis si se debe a factores hereditarios, los cambios hormonales, la obesidad, la carencia de ejercicio físico o una dieta pobre, etc.
Cuando todos los años veo desfilar a las mismas clientas, con los mismos problemas y como que todo vuelve a empezar, me pregunto cuál será la falla y a partir de ahí me pongo a revisar las técnicas que aplico, los productos que recomiendo y las relaciones causa-efecto que veo en cada caso en las fichas.
Consulto con instructoras en Buenos Aires y asisto a demostraciones que organizan los laboratorios, buscando en la actualización respuestas a muchos interrogantes.
El masaje comienza a incorporar conceptos chinos de estimulación en la aplicación localizada de los cosméticos, y estos a su vez fueron variando las propiedades activas y la mezcla con recursos naturales, como el aloe vera, casi una muletilla en cada composición cosmetológica.
Si bien los poros son la puerta de entrada de las cremas, sus mecanismos de apertura y cierre responden a reflejos que provienen de otros centros, son 36 en total, que integran al cuerpo en un todo. Dígitopuntura, Acupuntura y masaje en algún punto de ese mapa repercute en otros distantes pero conectados por la red interior.
Pero estímulos y aplicaciones en la camilla transcurren, digamos, durante una hora y media, dos o tres veces a la semana. Se prolongan dos o tres veces en cada jornada en forma casera y se ramifican en dietas y hábitos saludables cuyo enemigo común es la grasa, la adiposidad, la celulitis o como quiera llamársele.

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